Un aporte aldebate ante las VII Jornadas de laCarrera de Trabajo Social de la UBA – Mayo 2013
Entre el culto a la visibilización de lopúblico y la práctica de
esconder el conflicto: Notas al debate
sobreconstrucción de la institucionalidad y reconstrucción de lo público
Si
hacemos un breve ejercicio de indagación para sabercon qué palabra(s)
se asocia(n) directamente a las políticas públicas, no seríaextraño que
una de las más reiteradas sea el Estado, o en un nivel másconcreto, un
gobierno. Situación que no resultaría un problema en sí mismo, amenos
que, esta sea la única vinculación que se encuentra ¿Por qué?
Porque
limitando la mirada respecto del fenómeno, sedeja por fuera una
multiplicidad de factores que las constituyen: sujetosintervinientes,
antecedentes del problema, rasgos coyunturales, proyectopolítico que
las orienta, disputas y conflictos de intereses,
elementosestructurales; dando cuenta a nuestro entender, una vez más,
de la visiónhegemónica en la lectura de cómo se originan, desarrollan y
expresan losprocesos sociales que, en ocasiones, toman las formas de
políticas públicas,y/o políticas sociales.
Pero… profundicemos un
poco en la afirmación quehacemos ¿Qué implica la visión hegemónica?
¿Cómo se construye? La construcciónde hegemonía conlleva en su interior
una distorsión de la realidad, alintentar (y, lograr, de allí su
hegemonía) visibilizar un interésindividual/particular como si este
fuese un interés del conjunto/colectivo. Unade las formas de alcanzarlo
es ocultando la dimensión de la disputa y elenfrentamiento que intereses
contrapuestos conllevan.
¿Quérelación encontramos entre la hegemonía, el Estado y las políticaspúblicas/sociales?
Los
cambios que acontecen en el Estado y en susinstituciones son causa y
efecto de estas luchas. La conquista de determinadaspolíticas públicas
también. Sin embargo muchas veces éstas son presentadas comodecisiones
gubernamentales o como producto del “normal” desenvolvimiento de
losmecanismos institucionales. La lectura y los análisis de una
realidadfragmentada, encuentra en los distintos problemas sociales su
causa y suconsecuencia, buscando explicarse en sí mismos y, en
consecuencia son derivadosde dichos análisis, respuestas desarticuladas
para ellos.
Por ejemplo, analizar el programa de
AsignaciónUniversal por Hijo/a como una política de Estado que asume la
transferencia derenta sin contemplar que, innúmeras organizaciones
sociales, territoriales y demovimientos de desocupados levantaron las
consignas de Pan, Trabajo y Cambio Social y exigen hoy Trabajo genuino, además
de las campañas nacionales´El hambre más urgente´ o ´El hambre es un
crimen´; que acceder a estebeneficio por parte de los niños/as implica
que sus padres estén desocupados (ysabemos que quien no tiene trabajo en
este sistema societal, no tiene formaalguna de reproducir sus
condiciones materiales de vida); que ligar estapolítica
social principalmente ala esfera de la distribución, del consumo o de la
circulación y, velar laesfera productiva en su condición de verdadera
llave para entender las relacionesdesiguales que se producen y
reproducen en este ámbito, es mirar sólo una carade la moneda o una
parte del fenómeno.
Acordamos con José Paulo Netto en su
análisis sobrelas políticas sociales como instrumentos tanto de
preservación y control de lafuerza de trabajo, como de contratendencia
al subconsumo, “y en el nivelestrictamente político, operan como un
vigoroso soporte del ordensociopolítico” (17: 2000).
Historicidad,
totalidad abierta y lucha son algunas delas claves conceptuales que
pensamos pueden servirnos para analizar la realidadque vivimos e
intervenir en ella críticamente.
En el marco de jornadas de debate
y reflexión, en unainstitución universitaria, de formación y
calificación de futura (y presente)fuerza de trabajo, ámbito por
excelencia de producción y reproducción deconocimiento, es necesario ir
más allá de lo aparente e inmediato. Ir más alláde lo dado.
¿Quiénexplica a quién en la relación entre Trabajo Social y política pública?
Sería
interesante detenerse en la idea subyacente quepiensa a la profesión
desde lo que finalmente esgrime la política social, deforma unilateral.
Los profesionales que actúan en el área social y desarrollansus
actividades en la esfera pública poseen una doble inserción en
estecontexto: primero en tanto se insertan como trabajadores asalariados
que vendensu fuerza de trabajo; segundo, en tanto actúan entre las
variaciones de lademanda y la posibilidad, bajo diversas formas, de dar
respuestas desde laspolíticas sociales a los usuarios de las mismas.
Se plantea
a nuestrocriterio, un debate de orden teórico - político sobre los
procesos deinstitucionalización, de conflicto inherente por el que se
atraviesa frente alas acciones de conservación/perpetuación vs.
cambio/transformación. Podríamosdefinir a las instituciones como
acciones sociales que son rutinizadas ytipificadas, constituyendo este
conjunto de acciones institucionalizadas unespacio en el que se fijan
los comportamientos sociales, es decir, lasrelaciones interactivas entre
los individuos, así como las representacionessobre las relaciones
sociales. En este proceso se configuran rutinas quetienden a presentarse
como “la normalidad”, y en este sentido, su existenciamisma es
explicada y justificada a los sujetos que las habitan por
saberes,valores y normas que legitiman a la institución. Los
comportamientos yconocimientos que entrañan una ruptura respecto de la
lógica subyacente de lainstitución son resistidos por ésta, cuya
estructura y dinámica en generaltiende a neutralizarlos y
contrarrestarlos (Barreiro: 1974).
Tal como expresaElaine Behring
(21: 2000) sería equivocado enfocar el estudio de las políticassociales
“dirigiéndose sólo hacia el análisis del Estado, como instancia
(relativamente)autónoma, debiendo también aprehender las relaciones
operadas en la sociedadcivil, las luchas de clases, los movimientos
sociales. Las políticas socialesno son mecanismos lógico – formales
estables de un Estado supraclasista debienestar, o de un Estado apenas
funcional al capital, sino el resultadocontradictorio, tenso e inestable
de esas luchas” entre las que nos encontramosen tanto trabajadores
asalariados y que, juzgando las pautas de la últimadécada, lo hacemos en
condiciones masivas de desprotección producto de lasformas de
contratación inestable y con salarios que pierden sistemáticamente
supoder adquisitivo (sólo para puntualizar algunos aspectos).
Afirmamos
una vez más, nuestro análisis de que elEstado no se encuentra por
encima de los enfrentamientos y de los conflictos declases, sino que
deviene en su expresión. Es cierto que, por esto mismo, vacambiando de
formas, modelos o regímenes, pero lo que de una manera u otrapermanece
es su función de asegurar las condiciones generales para laacumulación
del capital. Frente a la “reconstrucción de lo público” nospreguntamos ¿Qué se institucionaliza ypara qué?
Allí damos la disputa cotidiana sobre qué se mira y qué seinvisibiliza,
qué se incluye y qué se separa, qué se afirma y qué se niega.Entendemos
que estas son dimensiones que necesariamente debemos problematizaren el
camino de construir un Trabajo Social Crítico y Transformador.
Barreiro,J. (1974): Educación popular yproceso de concientización, Siglo XXI, Buenos Aires
Behring, E. (2000) enBorgianni, E., Montaño, C. (orgs.): LaPolítica Social Hoy, Cortez Editora, San Pablo
El Viejo Topo – CAUCE(2011): “¿La reconstrucción de lo público? Aportes para el Debate”. Disponibleen http://elviejotopo-cauce.blogspot.com.ar
Netto, J.P (2000) enBorgianni, E., Montaño, C. (orgs.): LaPolítica Social Hoy, Cortez Editora, San Pablo
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